Esta entrada me viene a la mente tras recordar la conferencia de «Desata Tu Potencial» que dio el año pasado Juan Planes en la Universidad de Alicante, y ahora que se empiezan nuevos proyectos y con nuevas ilusiones no viene mal recordar aquellos puntos que nos indicó a la hora de plantearnos objetivos.
Los objetivos deben estar expresados de manera positiva:
Si nos planteamos un objetivo de forma negativa 100% que vamos a acabar haciendo lo contrario, por ejemplo si nos proponemos «no ponernos nerviosos haciendo una presentación» lo más probable es que nos pongamos nerviosos cuando hagamos una presentación pues a la mente vendrán imágenes de otros momentos de tensión, así que lo mejor es que se tranforme el enunciado del objetivo de manera positiva, por ejemplo, «cuando haga una presentación me sentiré tranquilo».
Saber cuando has alcanzado el objetivo:
Hay que enunciar los objetivos de manera que tengamos claro cuando los hemos conseguido o que nos haga saper en que grado vamos consiguiéndolo, por ejemplo, en lugar de plantearse «voy a ser mejor programador PHP» convendría establecer una escala que nos ayudase a saber en que grado lo vamos consiguiendo, podría ser «voy a aprender a usar X o Y característica de PHP», así un objetivo general puede dividirse en pequeños que nos ayudan a saber como vamos consiguiendo el general.
Conseguir el objetivo exclusivamente debe depender de uno mismo:
Aquí viene la distinción entre deseos y objetivos, pues los primeros no dependen exclusivamente de nosotros. Cuando establecemos un objetivo que depende de nosotros, somos nosotros los que controlamos todas las variables para conseguirlo.
Quedarnos con lo bueno:
Si vamos a proponernos cambiar algo actual de nosotros debemos pensar en que partes buenas nos aporta eso que queremos cambiar de forma que a la hora de plantear el objetivo intentemos que no se generen problemas que antes no existían.
No romper lo que apreciamos:
Puede que un objetivo, si somos materialistas, sea el de «encontrar un nuevo trabajo en el que gane mucho más dinero», pero hay que plantearse si ese nuevo trabajo nos va a quitar calidad de vida, tiempo de ocio, tiempo de familia, cosas que en ese momento nos están haciendo felices. Así los objetivos que nos planteemos no deben ser perjudiciales para nosotros.
Ser flexibles:
Tenemos que adaptar nuestra estrategia, puede que me haya propuesto «aprender a usar X o Y característica de PHP antes de final de año» pero por distintos motivos el tiempo no acompaña, surgen problemas, etc. Hay que ser flexible tanto en los plazos de consecución como en la estrategia para conseguirlos, puede que de forma autodidacta no funcione y requiera ir a clases de PHP, tenemos que ser estrategas en nuestros objetivos.
Confianza, pero no obsesión:
Si nos obsesionamos con algo, pasará lo contrario. Si nos obsesionamos por ejemplo en que un evento salga bien, seguramente los nervios nos jueguen una mala pasada y algo salga mal, es por ello que hay que confiar en la consecución, pero sin obsesionarnos pues la ansiedad, el agobio y la obsesión nos alejarán de él.
¿Y vosotros, os planteáis las cosas de forma inteligente?
Fuente: Conferencia Desata tu Potencial 2012